viernes, 17 de junio de 2016

Conceptos básicos sobre hiperacusia

La hiperacusia es un trastorno auditivo que consiste en la percepción de los sonidos como más altos de lo que realmente son, y/o en la reducción del umbral del dolor hasta límites que afectan a la vida diaria. Sonidos cotidianos como el ruido que se produce al manipular la vajilla, los chillidos de los críos, los ladridos de perros, arrugar bolsas de plástico, el sonido de altavoces pequeños como los de un móvil o un ordenador portátil, el ruido de tráfico de vehículos, o simplemente la voz humana, se convierten en sonidos intolerables.

Hay una larga lista de síntomas que con frecuencia acompañan a la hiperacusia, siendo los acúfenos de los más frecuentes. Algunos de estos síntomas son sensación de oídos tapados, dolor agudo en el oído, sensación de quemazón, dolor que se irradia a las zonas inervadas por el nervio trigémino (mejillas, mandíbula, dientes, cuero cabelludo, etc.), aleteo del tímpano, distorsión de los sonidos, vértigo, trastorno del equilibrio, o dolor de garganta.

Todavía se desconocen cuáles son exactamente los mecanismos que explican la hiperacusia. La teoría más extendida es que la hiperacusia se produce por una hiperactividad anormal en el procesamiento central del sonido en el cerebro, y esa hiperactividad se habría iniciado por algún estímulo externo, como por ejemplo un trauma acústico, que de alguna forma habría provocado un cambio en la estructura neuronal del córtex auditivo. En cualquier caso, la hiperacusia no es una enfermedad en sí misma sino que es un síntoma de lo que la causa, al igual que ocurre con los acúfenos y otros síntomas relacionados.  

Existen múltiples causas que pueden provocar hiperacusia. La causa más habitual es la de trauma acústico, ya sea de forma aguda (exposición repentina a un sonido muy intenso por encima de 140 dB), o de forma crónica (exposición mantenida a lo largo del tiempo a sonidos por encima de 85 dB). El grupo de población más afectado por la hiperacusia sería el de los músicos, alrededor de un 35% del total de afectados.

Algunas otras causas que pueden desencadenar la hiperacusia son el desorden temporomandibular, el síndrome de Ménière, parálisis de Bell, fibromialgia, autismo, esclerosis múltiple, estrés postraumático, daños cerebrales, epilepsia, hipertiroidismo, retirada de benzodiacepinas y antidepresivos, déficit de magnesio, enfermedad de Lyme, síndrome de Williams, y un largo etcétera.

La hiperacusia es muy poco frecuente, especialmente los casos más severos. El desconocimiento profundo que tiene la sociedad de este trastorno (incluidos los profesionales de la salud) unido a su invisibilidad, hace que quienes la padezcan tengan que lidiar también con la incomprensión de la gente de su entorno, a veces incluso con los propios miembros de la familia. No son pocos los casos en los que se desprecia a los pacientes atribuyendo los síntomas a un problema exclusivamente psicológico.  La hiperacusia se presenta con frecuencia en personas con una audición normal o incluso muy buena, al menos entre las frecuencias que se suelen medir en una audiometría tonal liminar (de 125 Hz a 8000 Hz). El resto de pruebas habituales realizadas por el especialista del oído tales como la acumetría, audiometría verbal, potenciales auditivos (PEATC), timpanometría o resonancia magnética (RMN), suelen arrojar resultados completamente normales. Este es quizá el principal motivo que causa desconcierto entre los facultativos que desconocen la hiperacusia, que pueden acabar atribuyendo a la hipocondría las quejas del paciente.

El UCL (Uncomfortable Level) es el umbral de incomodidad o tolerancia al sonido. Es un valor en dB que indica la intensidad a partir de la cual los sonidos nos resultan molestos. El test para encontrar el UCL consiste en escuchar unos tonos puros en diferentes frecuencias (habitualmente entre 250 Hz y 4000 Hz) empezando con un volumen muy bajo, e incrementándolo gradualmente hasta indicar el momento en el que nos resultan molestos. Esta prueba constituye la principal herramienta para diagnosticar la hiperacusia y debe ser realizada por un audiólogo experto que conozca sus fundamentos. También puede encontrarse bajo el nombre de LDL (Loudness Discomfort Level) o ULL (Uncomfortable Loudness Level).

Existen cuatro niveles de severidad de hiperacusia en función del UCL y de cómo afecta a nuestra vida diaria. Estos niveles son: leve, moderada, severa, y muy severa. Cuanto más bajo es el UCL, más grave es la hiperacusia. Los valores normales de UCL en una persona sana están alrededor de 100 dB. El UCL de una persona con hiperacusia muy severa puede llegar en casos extremos a los 30 dB.

En el oído medio existen dos pequeños músculos: el tensor del tímpano y el estapedio (el músculo más pequeño del cuerpo humano). Su función es la de proteger al oído interno de sonidos intensos. La disfunción del tensor del tímpano provoca un conjunto de síntomas conocido como el síndrome del tensor del tímpano tónico (TTTS), que constituye la mayor parte de los síntomas que experimentan las personas con hiperacusia. Se cree que la disfunción de este músculo podría estar causada por la hiperactividad anormal en el procesamiento central del sonido. Por otra parte, existe un vínculo entre la ansiedad, una respuesta emocional negativa hacia el sonido, estrés, etc. con la contracción anormal del tensor del tímpano. Cuanto mayor sea la aversión hacia el sonido, más probabilidad hay de experimentar uno o varios de los síntomas del TTTS, y más severos serán. Por lo que respecta al estapedio, es más sensible al sonido que el tensor del tímpano, y está más relacionado con la percepción anormalmente alta de los sonidos. En casos aún más raros que la hiperacusia la disfunción del estapedio puede llevar a lo que se conoce como mioclonia estapedial.

Existen otros trastornos auditivos que tienen en común con la hiperacusia una disminución de la tolerancia al sonido, pero no deben ser confundidos con ésta. Estos trastornos son la misofonía, la fonofobia, y el reclutamiento.

La misofonía y la fonofobia son dos formas de disminución de la tolerancia al sonido de origen psicológico y/o neurológico, en las que, según Jastreboff/Hazell, está involucrado el sistema límbico y el sistema nervioso autónomo. La misofonía se caracteriza por una reacción emocional negativa frente al sonido. Las personas con misofonía sienten ansiedad, enfado, rabia o miedo al escuchar determinados sonidos. La fonofobia sería una forma de misofonía en la que el miedo al sonido se experimenta de forma exagerada.


Hombre molesto con el ruido


Dadas las enormes dificultades que puede supone convivir con hiperacusia es muy habitual que quienes la sufren desarrollen en mayor o menor grado misofonía y/o fonofobia. Uno de los problemas que puede suponer esto es que se confundan los síntomas propios de la hiperacusia con los de la misofonía o fonofobia. Al confundirlos, no se estarían detectando estas últimas, que requieren un tratamiento distinto al de la hiperacusia, y que pueden entorpercer seriamente la recuperación de ésta. Por ello, junto al tratamiento de la hiperacusia, puede ser necesario tratar de forma independiente estas formas de disminución de la tolerancia al sonido. La misofonía y la fonofobia se tratan fundamentalmente mediante un cambio de actitud frente a los sonidos que provocan los síntomas asociados a esos trastornos, para lo cual puede ser de gran ayuda realizar terapia psicológica. También puede ser de ayuda un protocolo específico de terapia sonora con el objetivo de ayudar a no focalizar la atención en los sonidos conflictivos. Por último, también puede ser necesario recurrir a ansiolíticos y/o antidepresivos para tener la ansiedad bajo control, algo que es muy importante al tratar la hiperacusia. Más información sobre cómo tratar estos trastornos en este artículo.

El reclutamiento puro se caracteriza por una pérdida auditiva neurosensorial en el oído interno, con hipoacusia para niveles de intensidad bajos y con niveles de percepción de volumen normales para intensidades altas. Sin embargo, hay una forma de reclutamiento en la que no solo se ve reducido el umbral de audición, sino también el umbral de incomodidad. El rango dinámico confortable queda muy estrecho, de manera que quien padece esta forma de reclutamiento puede necesitar pedir a la gente que hable más alto para poder escucharles, para a continuación pedirles que no hablen tan alto.

En las personas que además de hiperacusia padecen acúfenos a veces pueden aparecer de forma espontánea pitidos (acúfenos) intensos de muy corta duración, en general de unos 10 segundos. Se conocen técnicamente como TST (Transient Spontaneous Tinnitus). Pueden aparecer en uno o ambos oídos, en cualquier frecuencia. Se desconocen las causas exactas de por qué se producen. La hipótesis que se maneja es que puede ser el resultado de un proceso de estabilización de las células ciliadas externas. Sea como sea, no hay que darles ninguna importancia porque no suponen ningún empeoramiento, ya sea de nuestra capacidad auditiva o de nuestra tolerancia al sonido.

Como ya hemos visto anteriormente la hiperacusia puede aparecer por múltiples motivos. En algunos casos, una vez resuelto aquello que ha provocado la aparición de la hiperacusia, ésta puede desaparecer completamente. Pero en otros casos, como la hiperacusia por trauma acústico, a día de hoy la medicina occidental no dispone de ningún tratamiento farmacológico o quirúrgico que la cure. Sin embargo, la hiperacusia se puede tratar mediante terapia sonora, la cual, permite restablecer gran parte del nivel de tolerancia al sonido, llegando a UCLs de 100 dB incluso para los casos de hiperacusia muy severa. Si bien no proporciona una cura completa, a través de la terapia sonora y tomando ciertas precauciones en nuestra vida diaria es posible volver a llevar una vida normal.

Existen diferentes variantes sobre la forma de realizar la terapia sonora para tratar la hiperacusia pero la mayoría se basan en la misma idea: exposición progresiva en volumen y tiempo de exposición con sonidos de banda ancha (sonidos que contienen un espectro amplio de frecuencias). Junto a la terapia sonora se recomienda el uso de protección auditiva (tapones o cascos) para protegerse de aquellos sonidos que resultan intolerables y poder seguir realizando actividades cotidianas. No obstante, las personas con hiperacusia deben evitar abusar de la protección auditiva, ya que un uso inadecuado puede hacer que los oídos se vuelvan aún más sensibles al sonido.

El tiempo necesario para tratar la hiperacusia con terapia auditiva suele ser muy largo, desde unos pocos meses hasta años, y va a depender de mucho factores: el grado de severidad de la hiperacusia, las recaídas, factores emocionales, entorno sonoro en el que se encuentra el paciente, etc.


Última actualización: 09/11/2018


Bibliografía

Tyler R, Pienkowski M, et. al. A Review of Hyperacusis and Future Directions: Part I. Definitions and Manifestations. American Journal of Audiology 2014:23:402-419.

Tyler R, Pienkowski M, et. al. A Review of Hyperacusis and Future Directions: Part II. Measurement, Mechanisms, and Treatment. American Journal of Audiology 2014:23:420-436.








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8 comentarios:

  1. Hola, tengo una duda. En el caso de una hiperacusia leve, ¿qué terapia sonora debo seguir? ¿Cómo gradúo el sonido en mis parlantes? Esto último lo pregunto porque mis parlantes no tienen una numeración. Gracias..

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    1. Hola Andrew. Para hiperacusia leve yo no haría la terapia sonora propiamente dicha, haría enriquecimiento sonoro y trataría de exponerme de forma progresiva y controlada a todos aquellos sonidos de tu día a día que te suponen una molestia. En cuanto al volumen de los parlantes entiendo que dispones de un control analógico, si dicho control no tiene ninguna marca que te sirva de referencia trata de ponérsela tú de alguna forma. Saludos.

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  2. Hola,

    Actualmente percibo los sonidos distorsionados cuando hay ruido de fondo, también noto como si dentro del oído un músculo se contrae al oír sonidos de alto volumen.

    Si en la audiometría en ese oído salió que puedo oír por encima del cero... ¿podría ser hiperacusia o síndrome tensor timpánico?

    Llevo 4 años ya oyendo distorsionado... Y muchos otorrinos dicen que no encuentran por qué. La audiometría me sale perfecta. ¿Habrá mejoría, si hago la terapia sonora de hiperacusia?

    Un saludo, gracias.

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    1. Hola,

      Por los síntomas que describes parece que no es hiperacusia sino el síndrome del tensor del tímpano. No creo que la terapia con ruido rosa te sirva.

      Sería interesante ver si el efecto relajante muscular de los ansiolíticos te hace desaparecer los síntomas o al menos los disminuyen. Si es así, puede que en parte la forma de tratar tu problema sea mediante ejercicios de relajación y evitar una respuesta emocional negativa hacia los sonidos y tus síntomas.

      ¿Cómo te apareció?

      Un saludo.

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  3. Hola de nuevo,

    Como apareció no lo sé, antes, alguna vez me pasó una vez esporádica, pero años después, me hicieron una limpieza de tapones con agua a presión, todo salió bien, y justo unos días después ya empecé a oír distorsionado en los entornos ruidosos, y no sé a qué se debe ni porqué, no tuve otitis ni antes ni después de la limpieza, y me cuesta creer que fuera de eso. Lo cierto es que estos años parece que ha ido a más, cuando mastico lo oigo distorsionado y cuando hablo, mi propia voz también se oye así, es como si se me entaponase el oído y comenzará a oír todo deformado, metálico, electrizado.

    Algunos otorrinos dicen que es hiperacusia, otros que no es nada, otros que será pasajero, pero no lo es, tengo 22 años y llevo 4 años ya, me repercute en mi vida diaria, el tema del estrés lo llevo bien y ansiedad, me cuesta creer que tenga... No sé qué hacer, tampoco me mandan pruebas.

    ¿Hay alguna prueba que podría hacer que arroje algún resultado?

    ¿Qué ansiolíticos tienen un efecto muscular relajante?

    Saludos y gracias.

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    1. Tal como indico en el artículo sobre causas de la hiperacusia la limpieza de oídos por tapones de cerumen coincide en bastantes casos con aparición de hiperacusia y/o acúfenos, probablemente por la intensidad del sonido del agua a presión en el conducto auditivo sumado a un deterioro previo de las células ciliadas.

      La prueba principal que determina si tienes hiperacusia es la medición del UCL (UnComfortable Level). No es fácil encontrar un centro público donde la hagan, acabarás antes visitando una clínica audiológica privada tipo GAES, que además creo que te la hacen de forma gratuita. Tal vez puedan acertar con el diagnóstico, desde luego en cuestión de hiperacusia y síndrome del tensor del tímpano están más preparados que en la seguridad social.

      No estoy seguro pero diría que todos los ansiolíticos tienen un efecto relajante muscular. Desde luego lo tiene el diazepam.

      Saludos.

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  4. Hola de nuevo,

    ¿Existe alguna prueba que se pueda realizar mediante la cual se sepa si hay alguna disfunción en el tensor del tímpano?

    Un saludo.

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    1. Desconozco si existe una prueba específica pero sea como sea es probable que haya una forma de determinar si existe algún tipo de disfunción en el tensor del tímpano. De nuevo, te recomiendo que acudas a una clínica audiológica.

      Un saludo.

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